Carillas dentales: tipos, cuándo convienen y errores comunes

Las carillas dentales son láminas finas que se adhieren a la cara externa del diente para mejorar forma, color y alineación leve. Bien indicadas, ofrecen resultados estéticos rápidos y predecibles. Aquí tienes una guía clara para decidir si son para ti y evitar fallos típicos.

¿Qué son y cómo funcionan?

Las carillas recubren el frente del diente con un material estético (porcelana o composite). Se colocan tras un diseño de sonrisa y, según el caso, con un tallado mínimo o nulo. El objetivo: corregir color, pequeñas fracturas, diastemas (espacios), leves desalineaciones y proporciones.

Beneficios clave

  • Aspecto natural y estable en el tiempo
  • Tratamiento relativamente rápido
  • Conserva tejido dental cuando se planifica bien
  • Compatible con otros tratamientos (blanqueamiento, ortodoncia previa)

Tipos de carillas

De porcelana (cerámica feldespática o disilicato de litio)

  • Estética superior y alta resistencia al manchado.
  • Durabilidad: 10–15 años o más con buenos cuidados.
  • Tallado: mínimo, según la situación inicial.
  • Indicación: cambios de color intensos, corrección de forma significativa, resultados muy estables.

De composite (resina compuesta)

  • Colocación en una sola visita (si son directas).
  • Estética buena, aunque menos estable que la porcelana frente a manchas.
  • Durabilidad: 4–7 años, requieren pulidos o retoques.
  • Indicación: defectos leves, presupuesto ajustado, pacientes jóvenes.

Carillas “sin tallado” o de mínima preparación

  • Requieren un caso muy favorable (dientes pequeños, retroinclinados o con pérdida de volumen).
  • Ventaja: máxima preservación de esmalte.
  • Ojo: no son aplicables a todos; si el diente es “grande” o está hacia fuera, añadir grosor puede dar un aspecto artificial.

¿Cuándo convienen?

Indicaciones frecuentes

  • Cambios de color que no responden bien al blanqueamiento
  • Dientes cortos, desgastados o con pequeñas fracturas
  • Cierre de diastemas
  • Leves desalineaciones cuando el paciente no desea ortodoncia
  • Corrección de proporciones (ancho/alto) para armonizar la sonrisa

¿Quién no es buen candidato?

  • Bruxismo no controlado (necesita férula de descarga y plan específico)
  • Enfermedad de encías activa o mala higiene
  • Grandes malposiciones que requieren ortodoncia
  • Expectativas irreales (blancos extremos o “dientes perfectos” sin respetar anatomía)

Proceso paso a paso

1) Diagnóstico y diseño

Fotografías, escaneo/impresiones y diseño digital de sonrisa. Se define color, forma y número de dientes a tratar.

2) Mock-up (prueba en boca)

Se trasladan las medidas al paciente con una prueba temporal sin tallar (o con tallado mínimo), para validar largo, volumen y fonética. Aquí se afinan detalles antes de fabricar.

3) Preparación y adhesión

Según el plan, se realiza tallado mínimo (si procede) y se colocan carillas provisionales. Después, se cementan las carillas definitivas con protocolos adhesivos que garantizan ajuste y longevidad.

4) Mantenimiento

Revisiones periódicas, higiene profesional, férula nocturna si hay bruxismo y evitar hábitos nocivos (morder uñas, abrir envases con los dientes).

Errores comunes (y cómo evitarlos)

Elegir solo por precio

Lo barato puede salir caro si compromete planificación, materiales o adhesión. Prioriza clínica con protocolo de diagnóstico, mock-up y fotografía clínica.

Saltarse la fase de prueba

Sin mock-up es fácil equivocarse en volumen y longitud; luego el resultado se siente “raro”. Exige prueba y ajustes previos.

Buscar un blanco irreal

Un blanco extremo sin armonía con piel, labios y esclerótica se ve artificial. Pide una guía de color en luz natural y fotos comparativas.

No tratar primero encías o caries

La salud periodontal va primero. Colocar carillas sobre encías inflamadas o caries reduce la vida del tratamiento.

Ignorar el bruxismo

Las carillas no son una armadura. Si aprietas o rechinas, férula de descarga y seguimiento. Sin eso, habrá fracturas y despegues.

Pensar que son reversibles siempre

Aunque el tallado sea mínimo, no es un “quita y pon”. Decide con información completa: fotografías, plan y alternativas (p. ej., ortodoncia + blanqueamiento).

No acudir a mantenimientos

Pulidos, ajustes oclusales y limpiezas profesionales prolongan años la estética y la adhesión. Agenda revisiones.

Preguntas rápidas

¿Cuánto duran?

  • Porcelana: 10–15 años o más con buenos cuidados.
  • Composite: 4–7 años con retoques.

¿Requieren tallado?

Depende del caso. Lo ideal es mínima preparación y trabajar en esmalte para mejor adhesión.

¿Se manchan?

La porcelana resiste muy bien. El composite puede requerir pulidos periódicos.

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